diumenge, 7 de juny del 2009

HEANEY ENTREVISTAT

El poeta asturià Jordi Doce dóna notícia al seu bloc Perros en la playa de la publicació d'una llarga entrevista ("La voz del equilibrio") amb Seamus Heaney a Minerva, la revista del Círculo de Bellas Artes de Madrid. En una de les preguntes inicials, l'entrevistador comenta al poeta i premi Nobel que sembla que la seva poesia qüestioni l'afirmació d'Auden a l'elegia a Yeats en el sentit que la poesia no fa que passi res. L'inici de la resposta de Heaney (la transcric sencera en castellà, com ha estat publicada) és il·luminador:

Creo que la poesía imagina una posibilidad… Hay dos afirmaciones sobre la escritura poética que me parecen bastante pertinentes en el caso de Irlanda del Norte. R. G. Collingwood, un filósofo y esteta inglés, dijo en una ocasión que el artista, al contar sus secretos, cuenta los secretos de la comunidad, lo cual era totalmente cierto en nuestro caso. Y Louis MacNeice, nacido en el Ulster, dijo que el poeta representa el impulso generoso de la comunidad. Si se piensa en los escritores de los sesenta en Belfast –Simmons, Longley y yo mismo; me temo que en esa época no había mujeres entre nosotros–, había en efecto un impulso generoso y a la vez se contaban secretos de la comunidad. Y también usábamos a los clásicos para confirmarnos… Uno de mis primeros poemas, «Helicón personal», relacionaba los pozos de mi tierra natal con las fuentes de inspiración de la Montaña de las Musas donde tenía su granja Hesíodo. Longley se había licenciado en clásicas en el Trinity College de Dublín, de modo que Ulises aparece una y otra vez en sus primeros poemas. Y finalmente llegué al omphalos. A pesar de que aprendí latín en el colegio y no griego, con el correr de los años me di cuenta de que el mundo de la antigua Grecia se parecía más al mundo que yo conocía que el de la Roma imperial; mi mundo era más doméstico. Los griegos, después de todo, no tenían ese componente imperial. Eran una congregación de pequeños pueblos y todo lo que ocurría estaba muy apegado a la tierra, eran como el gentío que se reúne en las fiestas locales. De hecho, en Stepping Stones digo que los festivales griegos se parecían a un céilidh irlandés. Estaban llenos de vida y energía descontrolada. Había todo tipo de diabluras, bailes, bebidas, discusiones y, por qué no, furia local…

Imaginar possibilitats, contar els secrets comuns, representar l'impuls generós de la comunitat... No és pas un mal programa, per a la poesia i els que han decidit dedicar-s'hi.

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